Generar un parque de rampas de bicicletas en un terreno baldío donde se tiene muy poco acceso al agua, mucho polvo, poca vegetación, encharcamientos y muchísima exposición al sol directo.

Generación de islas de biodiversidad.
Plantar árboles y plantas en donde se encontraba la mayor sombra para que tuviera. El menor riego posible. Dejar crecer la biodiversidad de fauna y flora, resguardándola en todas las áreas que no son necesarias utilizar. Generar sombra alta con árboles y baja con plantas para retener la humedad en el suelo sin podar plantas. Dejar la infiltración al subsuelo y colocación de piedra superficiales para que la gran mayoría del terreno tenga filtraciones al manto acuífero directo.

Dos años después se han visto aves de gran tamaño. Variedad de reptiles de gran tamaño: mariposas, abejas, chapulines, mariposas monarcas, abejorros y flora nativa de todos los tamaños, generando hábitat para miles de diferentes especies de pajaritos.

El reto continúa: generar más sombras y sobre todo generar un espacio estéticamente bonito con lluvias de temporal sin que parezca terreno baldío.